Suena el despertado... es la hora de la verdad. Hemos descansado Lo suficiente. Después de colocar nuestras alforjas en las bicis partimos 7:15 siguiendo las flechas amarillas. De nuevo la poca señalización nos vuelve a jugar alguna mala pasada. Enseguida empezamos a estar rodeados de verde, de un olor muy agradable entre campo y mar, y pocos peregrinos. Sintetizando: un mar de tranquilidad. Vamos a un ritmo suave pero continuo. El tiempo nos ha acompañado, y en la ultima parte demasiado. Destacar la belleza de Santillana del Mar, con sus calles empedradas y su iglesia y edificios, muy turístico. Hacia la una hemos llegado a Cóbreces, nos hemos alojado en el albergue de peregrinos de la Abadía Cistercienses. Después nos hemos dado una buena ducha, hemos lavado la ropa y hemos comido algo en un bar. En el albergue hemos echado una siestecilla (bueno, Toño se la ha echado de 3 horas) y Edu ha aprovechado para ir a darse un banito a la playa que está a un km. En el albergue estamos junto con una pareja que han llegado caminando y otros 3 ciclistas. Luego se ha acercado una chiquita con un perro y aires hippies, de Logroño, que iba a dormir en el pórtico de la parroquia.
De momento van bien las fuerzas, veremos mañana la etapa dura que tenemos como van las piernas.
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