jueves, 4 de agosto de 2011

Llegada a Santander

Nada más llegar a Santander, empezamos a buscar el albergue de peregrinos. En el camino nos cruzamos con Isabel, que pone a nuestra disposición un lugar para pernoctar y una furgoneta para dejar las bicicletas. Decidimos que no era el mejor momento lugar ni momento para decidir, por Lo que rechazamos su propuesta. llegamos al albergue que estaba completo, pero la posadera, que era de Zaragoza, nos recomendó llamar a la muy amable Sra. Aurelia que nos facilitó un piso en donde poder dormir.

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